El cambio social es una constante en las sociedades humanas y en las últimas décadas se han producido transformaciones aceleradas en diversos campos, que inciden en los procesos salud-enfermedad-atención. Los ajustes macroeconómicos, las alternancias políticas, los avances científicos y tecnológicos, las nuevas formas y relaciones de producción, los flujos migratorios, las reconfiguraciones de las identidades y relaciones de género, clase y etnia, o la emergencia de nuevas subjetividades -entre otros procesos- modifican las condiciones materiales y simbólicas en que las personas viven, produciendo nuevos perfiles epidemiológicos, necesidades en salud y respuestas sociales.